Entre los huesos y el alma.
Preferiría compartir sábanas contigo y no con estas pesadillas que hacen del apagar la luz cada noche la crónica de mi muerte anunciada. Que si se me acelera el pulso fuera porque me besas en noséqué punto exacto y no porque parezca que llevo un corsé de acero que hace que el corazón me lata fuerte porque quiere romperlo. Y, de paso, mis costillas. La poesía es esa con la que te encuentras en una habitación sin luz y no sabes si va a hacer el amor contigo o si te va a atravesar el pecho de un balazo. Tengo la sangre llena de cristales y alfileres en el miocardio que ahoga un grito a cada latido. Quiero que vengas a unir a besos los puntos de mi cuerpo que son mis lunares con la impaciencia del niño ansioso por descubrir el dibujo que aparece y con el miedo de quien sabe que igual, lo que sale, es la cara del monstruo que me come por dentro. Si pongo muchas ganas llego a escuchar de lejos una nana que trata de dormir este dragón que ...