Entradas

Mostrando entradas de enero, 2017

Entre los huesos y el alma.

Preferiría compartir sábanas contigo y no con estas pesadillas que hacen del apagar la luz cada noche la crónica de mi muerte anunciada. Que si se me acelera el pulso fuera porque me besas en noséqué punto exacto y no porque parezca que llevo  un corsé de acero que hace que el corazón me lata fuerte porque quiere romperlo. Y, de paso, mis costillas. La poesía es esa con la que te encuentras en una habitación sin luz y no sabes si va a hacer el amor contigo o si te va a atravesar el pecho de un balazo. Tengo la sangre llena de cristales y alfileres en el miocardio que ahoga un grito  a cada latido. Quiero que vengas a unir a besos los puntos de mi cuerpo que son mis lunares con la impaciencia del niño  ansioso por descubrir el dibujo que aparece y con el miedo de quien sabe que igual, lo que sale, es la cara del monstruo que me come por dentro. Si pongo muchas ganas llego a escuchar de lejos una nana que trata de dormir este dragón que ...

Querida Yo del espejo.

Hace poco leí que Sara Búho decía que somos de quien vemos cuando nos miramos al espejo .  A mí, desde el espejo me mira una chica delgada, castaña y de ojos claros, cambiante como un maldito huracán. A veces le brillan en los iris azules estrellas fugaces, a veces de la boca se le escapa una sonrisa pintada de rojo y cree que puede salir ahí fuera a comerse el mundo. O mejor aún, que ya lo lleva dentro.  Pero otras veces... Otras veces el espejo se rompe y se nos clava. Cada uno de los trozos de cristal roto nos atraviesa la piel y nos rompe. Nos hace jirones la vida. Porque no somos lo suficiente, da igual qué. Lo suficientemente alto, lo suficientemente bajo, lo suficientemente delgado, lo suficientemente gordo, lo suficientemente moreno, lo suficientemente blanco. Los peores cristales los llevamos dentro, no necesitamos que un espejo nos los eche en cara. Nunca llegamos demasiado lejos, nunca damos lo que habríamos podido, nunca somos demasiado brillante...