Ahora, que (casi) te tengo en frente.
Te miro, a ti, tu pelo, tus labios, tu camiseta de rayas. Esa camiseta de rayas que no se me olvida, que hizo de guía para que no me torciera al escribir en el aire las palabras que más me han costado nunca. Te miro, miro tu tinta negra, que habla de puntos de apoyo, que dice que me quiere desde la cara de atrás de un billete de metro de París. Te miro en una entrada de cine, en billetes de tren, en postales. Te miro y casi te veo a mi lado, pisando la tabla del parquet que cruje. Te miro y te veo riéndote. Te miro y veo tu risa, veo como te brillan los ojos. Te miro y quiero volar, que vuele el mundo a nuestro alrededor. Que vuele mi boca a la tuya, tus manos a mis manos. Te miro y te veo; nos veo, volando.