Déjame hablar...
Porque necesitas decirlo, pero nadie te escucha. Es una tontería, no tiene importancia, pero llevas todo el día sin hablar de ninguna de las tonterías que te tienen viviendo en una nube. No hay segundos para ti, porque lo suyo, que no son tonterías, que las cuenta por encima, son más importantes. Y lo entiendes, pero una pequeña parte de ti la odia por ello. Y no sabes si es porque no te deja contar las tonterías que te agobian o porque la envidias, porque querrías estar en su situación. Y tus tonterías gritan, suplicando entre sollozos, salir de ti.