Canciones para idiotas.
Ni te imaginas lo que acaba de pasar, y ni te imaginas todo lo que significa. Pensando en ti se me ha escapado un te odio con todo mi amor, ¡idiota! , y me has regalado sin querer una canción que no se me va de la cabeza y suena en bucle mientras escribo. Una frase (esa frase) y un poco de música. Y magia. El resto en mi corazón va sucediendo como si cayeran fichas de dominó, pero sin nada que las empuje. Sólo estoy yo, recostada sobre una ola de mar que tarde o temprano se esfumará. Probablemente más temprano que tarde. En la boca me quedará el sabor de la sal y la arena que, en realidad, jamás he probado. Pero eres idiota, claro que lo eres. Ese tipo de idiota que no puedo más que odiar, mucho, con todo el amor que me cabe dentro. Y eso me convierte a mí también en una idiota, que lo sepas.