Mi rayo de luz.
Hay días que quieres tirar el mundo por la ventana...
Hay días que desayunas cafés salados, que tu cara deja de ser una cara y se convierte en una maquinaria pesada en la que algún músculo perezoso no quiere formar una sonrisa. Que en la cena te sirven ganas de llorar, que te rompes un poquito. Y después...
Es por la noche cuando entre las rendijas de la persiana se cuela un rayo de luz. El rayo de luz. Mi rayo de luz. El rayo de luz de tu mirada, de tu voz. El rayo de luz que se cuela entre las rendijas que mi persiana, que inunda mi habitación, que empapa mis manos y mis ojos y mi voz, un poco quebrada. El rayo de luz que lo recompone todo con sus manos, con cuidado, con esa delicadeza que enamora. El rayo de luz que demuestra que no vale la pena tirar el mundo por la ventana porque dentro hay demasiadas cosas bonitas.
...Luego, te das cuenta de que lo único que vale la pena tirar por la ventana es el día en sí.
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