Here comes my sun.

Ya no hay nubes, y por la ventana veo el azul de cielo acariciando el verde de las hojas de los árboles, exactamente de la misma forma que el azul de mis ojos quiere acariciar el verde de los tuyos. Y perderse, y perderme, y encontrarnos los dos en un beso.
Ya no hay nubes y ya no llueven ni el cielo ni mis ojos, porque como ya no hay nubes, el Sol brilla más que nunca. Tú brillas más que nunca: cada día más, y lo sabes. Sabes que, conociéndote a ti, no puedo volver a enamorarme de nadie que nos seas tú, otra vez. Cada instante.
El Sol espanta las nubes, y yo intento espantar la nostalgia. No dudo que lo conseguiré, aunque sí cuánto pueda tardar. Eres lo más bonito del mundo, la única margarita que dijo "sí", eres una primavera que no acaba. Eres un beso de buenas noches y un beso de buenos días.
Eres mis noches y mis días.

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