29 del 6 del 2011.

A veces, atreverse a recordar un poquito significa abandonarse a la nostalgia... Y hoy me recuerda a tantas cosas... Es como un álbum de fotos vivas, que ríen, hablan y cuentan una historia ya contada, ya vivida.
...Primera página...
La primera página del álbum de fotos del veintinueve de junio es una chica sola en una habitación vacía. Un "toc, toc" en la puerta, un "¿puedo pasar?". Un adelanto de todo lo que vendría después. Como una brujita que desencadenase mucha, mucha magia.
...Siguiente página...
Tú. Que te presentas, y no te entiendo. Y pido que me repitas tu nombre, tres veces. Cómo imaginar que ese nombre volaría en mi cabeza mil y una veces... trece veces diecisiete. Tú, mi mejor amigo, el mejor de todos... Y luego, más tarde, mi amor, mi cómplice y todo.
...Una página más...
"Haced grupos de siete"... Nosotros éramos tres, vosotros cuatro... Todos nos sabemos el resto del cuento. Éramos los cinco a las cinco. Pero qué fácil fue que se desgajase, qué poco costó. Como si apenas hubiésemos puesto resistencia. Como un Twix, que se acaba demasiado rápido.

Y dos años después, el álbum de fotos vuelve a estar abierto. Son tantas cosas, buenas y no tan buenas... Páginas de un álbum de fotos que vale la pena conservar. Aunque algunos hayan pretendido borrarse de esas fotos, aunque hayan pretendido borrarlas de su propio álbum. 
Hoy hace dos años que nos conocimos, los cinco, y durante tres semanas lo fuisteis todo. Ahora tal vez seáis una isla en medio del mar, una isla preciosa, que vista desde el aire diga "siempre, para lo que sea". Nuestra isla. 
Hoy hace dos años que te conozco, amor. Y sólo por eso la nostalgia es menos nostalgia, porque no cambiaría nada de lo que tenía antes por lo que tengo ahora.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Contracorriente

Impuntualidad.

La canción más triste del mundo