Entropía.

Me gusta la gente que tiene miedo y aún así salta. Que se despeina. Que siente con fuerza, se mancha los vaqueros de césped y se moja pelo cuando llueve. Me gusta la gente que improvisa e inesperada, la que canta sin miedo. Que se sonroja cuando algo le hace cosquillas en el corazón, que tiembla de nervios, a la que le brillan los ojos. Que se ríe de sí misma, que no le da miedo lo desconocido, que camina siempre como si tuviera un rumbo aunque se esté inventado el camino.

Me gusta la gente que cree en el amor, que se vuelve cursi a veces, que se arriesga. Me gusta la gente que hace locuras, la gente a la que le vale la pena el esfuerzo, la que baila en el ascensor. Que lleva colonias suaves, que aparece de repente, que da besos en la frente. Me gusta la gente que mira fijamente a los ojos, que estalla en carcajadas y que llora de felicidad. 

Me gusta la gente que lee en el tren, que marca el ritmo de las canciones que escucha con el pie, que inspira muy fuerte cuando huele a tierra mojada. Me gusta la gente que guarda secretos, que cuenta chistes malos que curan días malos. Me gusta la gente espontánea, que vive, que un día tiene un detalle. Me gusta la gente que deshoja margaritas hasta que una le da la razón, que no se rinde, que no baja los brazos. Me gusta la gente valiente, la que entiende la poesía, la que sonríe sola por la calle.

Me gusta la gente sin miedo a las interrogaciones. Sin miedo a vivir ni a ganar.

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