Primera parada, París.
Hasta el aire es distinto. El aire parisino huele a glamour, a croissant recién hecho, a romanticismo, a amor. Las luces, Notre Dame, el Louvre. Todo es diferente allí. Es un mundo, es magia, es París. Sueñas con un romántico paseo por el Sena, con una cena en un típico restaurante francés, con caminatas por los campos Elíseos y, sobre todo, con un beso frente a la Torre Eiffel. París, el rey del amor. París, el dios del amor. Como una especie de Afrodita, transformada en ciudad. París, je t'aime. París, mon amour. París... Como un escenario construido sólo para representar obras románticas. Siempre, París. Bon soir...
Comentarios
Publicar un comentario