Sueño de una noche de verano.
Silencio, noche, estrellas, cielos despejados. No hay luna. Surcando el mar, con elegancia, las delicadas notas de un piano, tocadas por manos decididas, ponen banda sonora a la velada. En una terraza, una mesa redonda, y tú, sentada, al lado de tu mejor amiga. Y un chico se acerca a ella y la susurra algo al oído. Y, a cinco metros de ti, tú le ves. A él. Que te mira con esos ojos verdes que tanto anhelabas, y te sonríe. Te sonríe como nunca le habías visto sonreír, feliz, alegre... Tal vez con una pizca de amor. De todas formas, es la sonrisa más especial que jamás le has visto dedicar a nadie, y ahora va para ti. Él te sonríe y justo en ese momento... Suena el despertador.
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