Paredes de cristal.
Soñar... No es una noche de verano, de esas mágicas, pero es de noche, y toca soñar. Soñar con paredes de cristal que sólo pretenden engañar. Sí, puedes ver, pero nunca llegarás a lo que hay detrás. Acaricias el cristal... cristales de un par de centímetros de grosor, o de cientos de pares de kilómetros, qué más dará, si para el caso es lo mismo. Pero ojalá los kilómetros se rompieran con la misma facilidad que el cristal. Ojalá fueran igual de transparentes. Ojalá existiesen las caricias a distancia, los abrazos a distancia.
Ojalá pudiera romperlo con tanta facilidad como el despertador rompe los sueños.
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