Valor para volar.
Relájate. Respira. Al pensarlo fríamente, te das cuenta de que el origen de todo podría estar en ti, en lo que te pasa, en lo que sientes a cada segundo. Así que busca ahí una solución. Piensa en lo que tienes y olvídate de lo que no. Olvídate de lo que te impide tenerlo, porque es lo que menos importa. Si llegado este punto vas a dar media vuelta, a rendirte por un par de piedras que encuentres en el camino, si te vas a dejar llevar en esas ocasiones en las que una parte de ti susurra "imposible", si vas a hacer eso, es que eres una maldita cobarde y entonces nunca nada valdrá la pena. Decidiste saltar y ahora puedes elegir entre dejarte caer en picado o volar. Volar alto, volar lejos, volar. Volar y tocar las nubes, volar y bañarte en la luz de sol. Hace falta valor para eso. Prueba a buscar debajo de esos pedruscos que tenías en el camino. Prueba e inténtalo, hazlo por esa voz dentro de ti que grita que "vale la pena".
Esta vez sería para siempre".
Las luces de septiembre - Carlos Ruiz Zafón.
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