La mirada de la felicidad.
La felicidad cambia a todas horas, a cada segundo, según cada persona. La felicidad puede ser un color del cielo, un olor. La felicidad se viste de mil maneras, y a veces la felicidad es sólo desvestirse.
Desvístete y atrévete a mirarte así.
Pero desvístete de verdad, no sólo te quites la ropa. Tienes algo ahí dentro, te cuelga de esa media sonrisa que quieres y no quieres dejar salir. Brilla. Se llama felicidad y hoy se viste de chocolate, o de canción, de rutina, de frase bonita en un libro, de fotos y recuerdos.
La felicidad se desviste y se viste de mil formas, pero no se va. Mira, y brilla, esperando ser mirada para brillar más.
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