Nadie se encontró si no estuvo perdido.
Lo que dura un parpadeo es lo que tardo en ponerle palabras a este cómo me siento que se ha escondido detrás de una interrogación tanto tiempo. Cierro los ojos y al abrirlos se me escapa por la boca. Perdida. Completa, total, y absolutamente perdida.
Y sin embargo, no me da miedo no saber en qué punto estoy. No me asusta tanto como me asustaba cuando no sabía qué ocurría. No sé si tirar hacia mi derecha o mi izquierda, pero la incertidumbre no me intimida. Sólo me inquieta, un poco. Pero perderse significa que puedes acabar en cualquier lugar, sólo basta caminar y no quedarse quieto. Tal vez mi extravío sea el punto de partida que buscaba.
Me permito cerrar los ojos y respirar. No sé a dónde voy, no necesito vigilar mis pasos. Basta con que camine hacia donde me apetezca caminar, porque no hay sendero pintado en el suelo, y así sólo se me multiplican las opciones. Quiero dar un rodeo a solas y volver a saber de mí. Contarme cómo me van las cosas y si quiero ir a pasos lentos o avanzar a saltos. Porque da todo igual, estoy perdida, y aunque me muero por tener un rumbo fijo, un destino y una determinación, tal vez esto sea un respiro que me da la vida.
No sé hacia dónde voy a ir y me da igual. Estoy en punto muerto, en mi kilómetro cero, cogiendo aire con muchas ganas y a ver dónde aterrizo. No necesito que nadie me encuentre, necesito saber hasta dónde puedo llegar.
Tal vez, perderme era lo mejor que me podía ocurrir.
"Sin duda hay que perderse para encontrar destinos inalcanzables, de lo contrario todo el mundo sabría dónde están."
Piratas del Caribe en el fin del mundo
Comentarios
Publicar un comentario