Del verbo necesitar.

Necesitar... dicho así parece que más que amor lo que sientes por él es adicción. Puede ser, pero le necesitas. Esta noche le necesitas. Necesitas sus ojos, su voz, su pelo. Simplemente saber que está cerca. Cada vez odias más las distancias. Aprisionan, temporal o indefinidamente, lejos de ti, lo que más necesitas en cada momento. Quién sabe cuánto tardarán en devolvértelo, quién sabe si cuando te lo devuelvan será igual, si habrá cambiado, si no será el mismo, si el cambio es para bien o para mal... Angustia. Angustia al pensar en los cambios... Todos cambiamos, ¿verdad? Pero tú no quieres que él cambie. Te gustaba tanto así... era tan perfecto así... Y angustia, por supuesto, por todo aquello que pueda pasar por su cabeza o, peor, su corazón. Supones que sí quieres que algo cambie, que cambie para mejor, que sea como en los cuentos de hadas, pero difícilmente va a pasar eso, así que prefieres evitar cualquier cambio que no os lleve a la película de príncipes y princesas. ¿Dónde está? ¿Con quién está? ¿Cómo está? ¿Está bien? ¿Está mal? ¿Necesita a alguien tanto como tú le necesitas a él? Él es todo lo que necesitas esta noche y él no está. Se ha llevado la lluvia y tu inspiración. Vuelve. Distancia, devuélveme todo lo que es mío.

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