Atrévete, salta.

La primera vez que lo pensaste aún nadie te lo había dicho, y ahora tampoco. Tiempo después tu cabeza ha vuelto a sacar el tema solita. ¿Y si...? Acabaste harta de los "y si", pero, para qué negarlo, te mata la curiosidad, y sabes de sobra que no vas a perder nada porque tampoco tienes nada. Tal vez sea el miedo. Si todo saliese bien, estaría genial. Pero si no... preferirías el consuelo que te da la duda.

De todas formas, no te preocupes. Según el Artículo 1 de la Constitución de los cobardes, "cualquier excusa es buena para no hacer algo que te da miedo si resulta que estás en la situación indicada, en el momento ideal". Eso sí, luego no te repitas que tú también quieres...

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