Les choristes.

Los míos, los de mi corazón. Los de los ensayos de locura, los de las bromas, los chistes, las risas. Los de blanco y negro, los de la carpeta en la mano izquierda. Los de las cenas escandalosas. Los que "viven en costera", los que "aman los mundos sutiles, ingrávidos y gentiles como pompas de jabón". Los que ponen voz al oboe de Gabriel. Mis acordes cotidianos. Los que cantan hasta quedarse sin voz. Los de los conciertos de Navidad, los de los conciertos de fin de curso. Los que quieren que Juan Carlos se lo saque (el diapasón), nos dé un Si y nos ponga a tono. Los que vienen a recoger su imagen, pero son mejores que todas sus imágenes. Los mismos que hacen que quien escribe esto ahora se emocione, igual que se emocionó ayer. Los que llenan de alegría cada jueves, cada miércoles, de dos a tres de la tarde. Esos, los que regalan música, porque "la música es así, fiel y sincera de por vida". A esos, gracias, muchas, muchas gracias. 




Thank you for the music.

Comentarios

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  2. Precioso Maria :) me emocioné! El coro es una de las alegrias de mi vida sin dudaa y veo que de la tuya tambien! Me encanta tu blog lof!un besito

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