A lo mejor.

A lo mejor, te quiero. De hecho, creo que te quiero. Te quiero, mucho, fuerte, dulce, suave. 
Fuerte y dulce como el algodón de azúcar, como un abrazo después de meses sin vernos, como una miradas de esas que hablan, gritan y besan. 
Suave, como las caricias que recorren mis mejillas, como los abrazos que llenamos de ternura, como un beso de esos que tenemos durante mucho tiempo guardados.
A lo mejor te quiero, y a lo mejor te necesito como necesita la Luna al Sol para brillar; de hecho, creo que te necesito así.
Y nunca me había parecido más bonito el significado de creer que cuando crees algo con todas tus fuerzas, cuando crees de esa manera que te hace sentir capaz de mover montañas y devorar kilómetros. Cuando crees, quieres y necesitas de esa manera. 
Por eso: creo que te quiero, y por eso mismo creo que te necesito.


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