Mi tiempo... tu tiempo.

El tiempo se nos escapa entre caricias, besos, abrazos... Se va. Pasan los segundos, los minutos, y las horas. En un instante, cierro mis ojos para ver los tuyos, y lo pienso. Mi tiempo ya no se mide en horas, ya no. Mi reloj sólo sabe ahora del número de besos que me das, de la fuerza de nuestros abrazos, de la cantidad de nuestra piel que se roza... Mi calendario sabe de ti y tus ojos. Y mi corazón sabe de las veces que se ha parado sólo por verte un momento.

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