Especialmente complicado.
Quizás... Tal vez... Ideas, nombres, caras, voces, van y vienen. Además, por si fuera poco, físicos, químicos, matemáticos y filósofos se empeñan en tener la fórmula de la felicidad, cada uno a su manera, y ninguno acierta. Qué cosas. A veces ajustar un poco los elementos de ambos lados de la reacción sirve para algo. Pero no es justo. Si él no pone de su parte, tus intentos se quedan en eso, en intentos: en motores que no reciben el voltaje suficiente para arrancar, estructuras gramaticales a las que le faltan verbos, campanas de Gauss que deciden no repicar y teorías filosóficas que quieren tener sentido pero no.
Aún así, para que no lo tengas tan fácil, hay días diferentes. Su sonrisa, sus manos, su voz, su olor. Sus tonterías, esas que te hacen reír como nada, cuando a veces ni tienen gracia. Sus... llámalo abrazos, esos que dejan fuera de tu burbuja imaginaria todo lo malo. De pronto y porque sí, vuelve a ser un día más o menos parecido a esos que pretendían ser normales. Eso sí, no bajes la guardia. En algún rincón, de la mente o del corazón, ideas, nombres, caras, voces, van y vienen...
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