Gracias.

A las personas que te aguantan al teléfono preocupadas cuando preguntan "¿qué tal?" y te callas intentando no llorar sin conseguirlo. A las que intentan tranquilizarte, simplemente con la voz, con "te quieros" o con yogures helados. Las personas que te dicen que todo tiene solución, que te llenan de aire fresco la mente y te despejan. Que te hacen reír. Y con eso a mí hoy me vale. A los que llevan en su nombre la palabra RI-SA. Gracias.

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