Como tú.

Como las olas del mar transformadas en espuma, a veces llegas a la orilla de mis ojos, y curvas la orilla de mi sonrisa. Te cruzas por casualidad, y por casualidad me das la vida. Acaricias, sólo con estar ahí, los cristales de mis días hechos trizas, y parece que en tus manos pinchan menos.

Como una canción que se me ha metido en la cabeza y no sale, no sé dejar de tararearte. No debería estar permitido ser tan... tan así, tan como eres tú.

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