No quiero echar nada de menos.

Lo susurran las canciones, lo gritan las canciones. Me gusta tanto abrazarte, que me toques, que me beses, que me mires como me miras. Que me sonrías, que hagas que el corazón me dé vueltas cada vez que hablas, que se me hinche el alma cada vez que suspiras. Que tu mano se entrelace con la mía y no se suelte. Nunca. Nunca podría soltarse porque te quiero, y si lo hiciera, te echaría de menos. Y no quiero echar nada de menos. 

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