Contracorriente
Últimamente sueño muchas cosas, escenas inconexas e inconclusas que se mezclan y de las que apenas recuerdo una imagen breve que no dice nada. Personas que no están, personas que no tiene sentido que estén, lugares de los que me voy a marchar y lugares en los que hace mucho que no pienso. Entre ellas, hoy he soñado que me quedaba dormida en un sofá plagado de alfileres que me ayudabas a esquivar, arropada por la dulzura de unas caricias que iban y venían desde mi tobillo hasta el empeine. Tal vez eso me hace falta: descansar en medio de todo con la seguridad de que, mientras, alguien te cuida. Después, mi abuela traía una cajita de tejas de almendra y yo te decía que igual te sabían demasiado dulces. Pero no, decías que estaban perfectas así. Últimamente también siento como una losa el peso del paso del tiempo sobre mi espalda, de los sueños que quería alcanzar y no estoy alcanzando y la terrible consciencia de que las hojas del calendario no pasan sólo para mí, sino para aquellos que ...
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