Some days, some nights.
Hay días, y días. Hay días que sonríen y otros que quieren hacer llorar, aunque no existan motivos. Se los inventan, sólo porque llevas mucho tiempo sin tenerlos. Y, de repente y sin razón, los ojos se empapan, y una lágrima resignada te cruza la mejilla, pidiéndole a las demás que no la sigan, que no vale la pena. Hay días de llamadas de teléfono que invitan a la tranquilidad y los cielos estrellados. Y hay días que se vengan por haber querido llorar sin motivo, y entonces te dan uno. Pero sacas fuerzas incluso del aire para no hacerlo, aunque sientas que los oídos te van a estallar y tus ojos sean bombas de relojería llenas de agua.
Y luego, hay noches que arreglan todos esos días. Hay noches de verbos en plural y en futuro, hay noches de tranquilidad con nombre y apellidos, hay noches de ojos verdes que abrazan a distancia con sólo cerrar los ojos. Hay amor, y noches que le ponen alas a esos días que se han estrellado contra el suelo.
"Hay noches estrelladas y días que se estrellan contra el suelo" - Rosana, Si pongo corazón.
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