Ego sum.

La del veintisiete de diciembre (fun, fun, fun).
La del peluche de Minnie.
La que lloraba en la guardería, la que lloró el primer día de colegio.
La amiga de la de los calcetines blancos.
La que escribía cartas a los cinco años.
La que hizo de una carta rota la raíz del miedo a decir lo que sentía.
La que estaba enamorada de Peter Pan y le invitaba a su cumpleaños en sueños.
La que quería un perro.
La que quería ser veterinaria de los delfines del zoo.
La que aprendió a leer enseguida.
La que devoraba libros sobre animales.
La que creía en las hadas y los cuentos sobre princesas.
La que se creía una princesa con vestido.
La que sentía pánico por Maléfica.
La que voló a París para ver a Dumbo, Aladdín, Mickey y Bella.
La que volvió de París con un dálmata de peluche bajo el brazo.
La que escribía cuentos y soñaba con escribir un libro.
La de la falda de cuadros granate y el jersey verde.
La que se enamoró de la Alhambra.
La de los ojos ¿azules, verdes?
La que quería a distancia.
La que quiso ser periodista y neuróloga.
La de letras por un año.
La que volvió a ciencias queriendo seguir dando latín.
La que canta en un coro y hacía teatro.
La que veía la vida verde manzana.
La que voló a tierras inglesas buscando amigos y encontró al mejor de ellos.
La que raya el Sol.
La que mira embobada las manos de quien esté tocando un piano.
La enamorada del Palacio de Cristal y la Rosaleda del Retiro.
La de las palabras vergonzosas, tímidas y valientes.
La del primer beso en la Rosaleda.
La que adora la lluvia.
La Luna del Sol.
La de los sueños raros.
La que quiere un perro.
La que quiere ser veterinaria de los delfines del zoo.
La niña Disney.
La chica alta que quiere llevar tacones y apasionada por los vestidos.
La del miedo a los pinchazos.
La de los ojos azules del de los ojos verdes.
La que escribe y canta, la del pánico escénico.
La del humor (demasiado) cambiante.
La de las rosas.
La de la M de "miau", "moon", "música", "magia" y "María".
María.

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