El brillo de tus besos.

-Es increíble: lo mucho que nos queremos, lo bonito que es todo, lo bien que estamos, la de cosas que me haces sentir incluso a pesar de la distancia... -dices.
Te beso, y respondo:
-¿De qué distancia hablas?
Y sonríes.

Cómo me gustan esos momentos. En los que no hay nada, absolutamente nada, entre nosotros. En los que sé que un leve roce entre mis labios y los tuyos basta para que el tiempo lejos de ti se haga menos, para que estés a mi lado sin estar. Y ya lo estás siempre. Me gustan cuando te brillan los ojos, como las estrellas más bonitas del cielo, cuando te brillan verde esperanza. Cuando te brillan "te quiero", o cuando te brillaron "no me olvides". 
Así, tus labios y tus ojos son esas perfectas tijeras que recortan a besos y brillos ese trozo de tierra a pesar del cual, tú siempre estás aquí y yo siempre estoy allí.

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