Gracias, y lo siento.

No sé cómo lo haces, y te prometo que a cada segundo le doy gracias al cielo porque lo hagas, porque tengas esa paciencia inquebrantable. Gracias, y lo siento, porque sólo por lo mucho que te quiero y lo mucho que me quieres eres el receptor directo de todo lo que me pase, bueno o malo, tengas la culpa o no, y nunca la tienes. Gracias, y lo siento, porque no es justo y lo sé. Te quiero, muchísimo, y sé que cuando leas lo que escribo me vas a responder un "pero si no pasa nada, boba". Porque eres un cielo, un sol, mi Sol y porque cada día contigo es como un ramo de diecisiete rosas.
Una vez más: gracias, lo siento, y, sobre todo, te quiero.

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