Diecisiete pedazos.
Basta una palabra para que lo poquito que había conseguido mantener de mí en pie se desmorone. Un número.
Me rompo en diecisiete pedazos, por trece razones. Por las promesas que no vamos a cumplir, por los besos que te tenía guardados, por las palabras que no nos hemos dicho, por el tiempo que nos hemos robado, por los lugares que planeamos visitar, porque ya no estás a mi lado, por mi intranquilidad, porque el Sol se me apaga y abrasa, por los milímetros de tu piel que me quedan por tocar, porque me he perdido en tus ojos y ya no he conseguido encontrarme más, por las tres comisuras de una sonrisa que no aparece, por un billete del Metro de París que dice que me quiere.
Pero sobre todo, porque un papel con tu voz me dice que "no tengas miedo, nunca, te prometí una vez que tú y yo solucionábamos cualquier problema".
Y es la primera promesa que rompes.
Comentarios
Publicar un comentario