"No".

Es la palabra que más se repite en mi cabeza. "No puede ser", "no quiero", "no me hagas esto". No, no, no. No, por favor, no.

Pero no. Me siento rota por dentro, hecha jirones, hecha pedazos, hecha retazos de nada. No hay nada que no sea un recuerdo. No hay nada que no me diga que has pasado por aquí, que te has reído, que me has mirado, abrazado o besado. No hay nada que no me rompa más.

Hay puntos finales que son como una estaca. Y de repente miro alrededor y estoy muy sola, no estás para salvarme. He conseguido aprender a no rendirme, pero hoy no me sirve de nada, porque no me dejas luchar por lo que más quiero.

Y me quedo aquí, con mis jirones, mi corazón que late mucho y muy fuerte, con mis ojos salados, mis mejillas mojadas, mi constante "no" en la cabeza y la boca.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Contracorriente

Impuntualidad.

La canción más triste del mundo