Páginas hacia atrás.

Hoy, pasando hacia atrás las páginas de una agenda, he contado diez semanas escritas a tres colores. En cada día de cada una de ellas pasaron cinco cosas bonitas. 

Releyendo algunas de esas cosas bonitas, he podido recordar días concretos, y puedo asegurar que no tuvieron nada de bonitos. Pero ahí están, plasmadas en un papel, cinco cosas que le dieron valor a esas veinticuatro horas tan tristes.

Y ahora mismo, admiro a aquella yo, capaz de sacarle ese brillo a los días más opacos, porque me miro y no veo nada que valga la pena escribir en ninguna lista de cosas bonitas.

Me faltan unos abrazos. Los necesito, porque los quiero. Y tanto tiempo y tanta nada me abruman, me hacen temblar. Se me llenan los ojos de nubes, y amenaza tormenta.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Contracorriente

Impuntualidad.

La canción más triste del mundo