Desórdenes difíciles y amor enlatado.
El amor no es una adivinanza, no es una canción, no le das al play y funciona solo. El amor es difícil porque la vida es difícil, y a menudo mandamos a la mierda lo primero para simplificar lo segundo. Pero no.
De verdad, si lo que quieres es algo fácil, deja en paz al amor. Busca alguien que pretenda pasar el rato y pasad el rato juntos. No hace falta complicar la existencia de quien busca amor del de luchar para que vosotros podáis tener vuestro amor de sofá. Porque sí, por el amor de verdad se lucha, porque el día a día te va a poner trabas. Nadie regala las cosas que merecen la pena, el mundo tampoco.
Hay quien lo da todo por los demás y a veces espera lo mismo a cambio. Qué cosas más raras se les pasan a algunos por la cabeza. No hay nadie que arbitre quién tiene razón o quién merece más, no hay una línea pintada que determine cuándo ya basta o cuando nos merecemos un intento más.
No sé si lo sabes pero tú que lees esto y yo que lo escribo somos humanos. Y los humanos se equivocan. Menuda noticia. Y además, sufren, y además, necesitan apoyo a veces. Y encima, a veces ese apoyo resultamos ser nosotros y eso nos complica la existencia un poco más. En ningún sitio está fijado cuánto tenemos que aguantar en estos casos, porque nadie sabe cuándo terminan los baches ni lo profundos que son. Pero imagínate que te rindes justo cuando el socavón alcanza el final y no te da tiempo a verlo.
Y si me equivoco, prefiero un la estás cagando palabra por palabra y con todas las letras antes de que sea tarde. Nada de medias tintas, pero sí tiempo para maniobrar. No me digas estás enferma, dime te estás muriendo. Igual así reacciono. No me culpes por malinterpretarte si nunca me explicas la gravedad de la situación. Y si decides que te largas, no te recrees acusándome cuando no hay remedio, porque te aseguro que ya tendré yo culpabilidad de sobra dentro.
No hablo de perdonar lo imperdonable ni aguantar lo inaguantable. Creo que todos sabemos diferenciar una cosa de otra. Y sabemos si merece la pena o si no. Y sabemos si somos capaces de luchar. O si estamos dispuestos, que no es lo mismo.
Párate a mirar qué espera el otro de ti y pregúntate si estás a la altura. Basta de ego por un momento. Si no tienes lo que merece, haz el favor de hacerte a un lado antes de desordenarle demasiado el corazón. Y si no pretende darte lo que mereces tú, entonces corre antes de que te enredes demasiado.
Que ya está bien de llamar complicado al amor e imputarle todos nuestros males, porque los complicados somos nosotros y nuestra vida.
El amor no tiene la culpa si duele, la culpa la tiene quien te lo hace mal.
Ah, y le sugiero que para la próxima vez que se enamore, ¡no sea tan cobarde!
Como agua para chocolate - Laura Esquivel
Comentarios
Publicar un comentario