Exploradora de vocación.

Hay algún sitio lejos de aquí, que no sé dónde está ni conozco su nombre, que me llama a gritos. Quiere que vaya, y lo descubra, y lo explore, y lo transite caminando de arriba a abajo, y que lo inmortalice en mi memoria, y que al irme suspire con una sonrisa y el deseo de volver.

Me pide dejar de ser una parte de mi lista de lugares pendientes y pase a ser una pieza de la lista de paisajes conquistados. 

Y yo, que escucho con atención los mapas y no encuentro su voz, me resigno a tener que recorrer el mundo entero para hallarlo. Y tal vez nunca lo encuentre, y tenga que seguir viajando, y descubriendo, y explorando, y transitando, e inmortalizando. Y marchándome pensando en volver. Dejándome rincones aún ocultos como excusa para regresar.

Tengo los zapatos cansados de saberse de memoria el suelo que pisan, exigen sorprenderse. Cada vez que parpadeo, mis ojos esperan encontrarse algo nuevo, algo que jamás hayan mirado, pero a ciudad se repite casi hasta el hastío.

Vámonos lejos de aquí, lo suficiente como para que el aire sea nuevo, lo suficiente como para que todo sea tan diferente que no quede sitio para pensar en nada más. 

Qué necesidad de estar en otro sitio. En otro momento. Si de mí dependiese elegiría el destino lanzando dardos contra un mapamundi en la pared, sin cruzar los dedos, sin preferencias, sin miedo y con muchas ganas. Hay magia en cada rincón.


Ella duerme tras el vendaval, se quitó la ropa
sueña con despertar en otro tiempo y en otra ciudad...

Copenhague - Vetusta Morla

Comentarios

Entradas populares de este blog

Contracorriente

Impuntualidad.

La canción más triste del mundo