Yo sin ti no quiero.

No hay nubes en el cielo pero llueve nostalgia. Qué manera de echar de menos tan fuerte, tan insana, tan punzante, tan dolorosa.

Mis ojos a los tuyos, mi boca a la tuya, mi nariz a tu cuello. Mi piel a tu piel, mis manos a tu cuerpo, mi cuerpo a tus manos. Mis dedos a tu pelo, mi pelo a tus caricias, mi tripa a tus cosquillas, mis sueños a la almohada que encontraron en tu tripa. Mis piernas a tu enredadera, mi cóncavo a tu convexo y al revés. 

Mis oídos a tu voz, en susurros, en besos, en carcajadas. Tu risa, el brillo en tus ojos, tus despedidas que acababan en reencuentros. Tus estaciones, tus autobuses, tus trenes. Tus rosas y tu Palacio de Cristal.

Lo pequeña que me sentía a tu lado, y a la vez, qué grande. No había mundo más allá de tus brazos y ahora todo está vacío: mis ojos, mi boca, mi piel, mis oídos, mi corazón, yo.

Me llamabas valiente y ahora soy toda una cobarde, sin ti he perdido hasta eso.

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