Tormenta.

Que nunca pare de llover así... Que nunca pare de estrellarse el agua contra los cristales. Tal vez, con suerte, su ruido sea más fuerte que el que me grita en la cabeza.

Deja que el agua te empape. Deja que se lleve tus penas.

El viento sopla fuerte y las gotas de lluvia bailan con él. Todo corre calle abajo... Por un momento, los pensamientos se apagan. Por un momento, el corazón late lento y tranquilo mientras los relámpagos iluminan las calles.

Por un momento, al corazón se le olvida que ha querido sonreír demasiado rápido y ha tropezado.

Por un momento se le olvida todo lo que le duele.

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