Desenamorándome.
De tu bullicio, tus luces, tu ruido, su gente, tus calles, tu cielo gris, tus torres, tu asfalto. No podía imaginar vivir lejos de ti, y ahora... cada día voy sintiendo pellizcos de aborrecimiento, y lo único que quiero es irme muy lejos, y sobre todo ahora en invierno. Ahora que es cuando más me gustabas.
Culpable o no de todo o de nada, me importa más bien poco, la verdad. Hay días que eres una auténtica patada en el corazón, y qué quieres que te diga, me dueles. Me duelen todas las briznas de hierba del Retiro. Todas las rosas, que ahora son espinas. Todo el cristal. Me duelen las prisas y a veces incluso hasta me duelen los trenes...
Al final me dueles tanto que no puedo quererte, y ojalá pudiera huir de ti. De todas las cosas que siempre he adorado. Cada día te quiero menos, cada día me sobras más. Me agobias, me asfixias, me ahogas.
Me tenías totalmente a tus pies y ya no. Igual es porque todas tus partes bonitas se las regalé y sin él las has perdido. Igual es que en el fondo no eres nada si no puedo compartirte.
"Pero siempre hay un fuego que se enciende en Madrid,
pero siempre hay un barco que naufraga en Madrid".
Yo me bajo en Atocha.
"Los pájaros visitan al psiquiatra,
las estrellas se olvidan de salir,
la muerte viaja en ambulancias blancas,
pongamos que hablo de Madrid".
las estrellas se olvidan de salir,
la muerte viaja en ambulancias blancas,
pongamos que hablo de Madrid".
Pongamos que hablo de Madrid.
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