Microcuento, parte II: ¿Cobarde yo?
Se miró en su espejo de papel, más fiable que cualquier otro, y se leyó en la frente la palabra cobarde. No, yo no; soy cualquier cosa menos una cobarde, se dijo. Miró al cielo y vio el Sol, sus rayos le arrancaban a tiras la piel con la indiferencia del amor que ya no está. Miró al cielo y también estaba la Luna, triste.
No miró más. Sin pensar en el ardor de las heridas, sin pensar en las rocas ni el agua ni el dolor, sin pensar en el paracaídas que no tenía... Saltó.
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