Microcuento: Tu andén.

El suelo está lleno de lava y alfileres. O recuerdos, pero a fin de cuentas es lo mismo. Según me voy acercando, por los pasillos me asaltan fantasmas, despedidas y reencuentros (siempre en ese orden). Me da pánico pensar en sentarme en aquellos bancos, que guardaron los primeros besos y alguna lágrima fugaz cuando te ibas. Afortunadamente, el tren y yo entramos a la vez en el andén y puedo huir deprisa, como la gran valiente que soy.

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