Espejo de papel.
Creo que ninguna sensación iguala a la de coger papel y boli y que la mano me empiece a bailar encima del papel. No se sabe los pasos, no sabe qué viene a continuación, pero baila y escribe, escribe bailando. De pronto, un lienzo en blanco se viste de coreografía. Apenas pienso, punto y seguido, coma, punto y aparte, pero algo dentro de mí sabe muy bien lo que está dictando.
El papel me mira y yo lo releo. El papel se convierte en un espejo. A veces es un espejo afilado y los cristales rotos me desgarran la piel, otras el espejo brilla y con la luz del Sol forma un arco iris. A veces me veo más guapa, más ágil y más fuerte, y otras sólo soy muchos intentos de levantarme del suelo. Pero siempre soy yo, mirándome desde mis propios trazos.
Porque, a fin de cuentas, la que baila cuando escribo no es mi mano, es mi alma.
Ohhh!!!!! Acabo de descubrirte en el blog de Anita, y ME QUEDO!! Acabas de describir perfectamente lo que siento cuando escribo.
ResponderEliminarA ver, escribir a ordenador es práctico porque te evitas los tachones, pero el papel y el boli... no voy a dejarlos de lado jajaja.
Un beso!!
¡Hola! También yo siento ese espejo de papel, y es exactamente como lo has descrito ^^
ResponderEliminarUn beso