Microcuento: La tristeza que autodestruye.

Vivía cabizbaja y triste, y así se aprendió de memoria todos los grises de las baldosas, se aprendió los charcos del suelo, se aprendió el polvo y las alcantarillas. Cabizbaja y triste se perdió amaneceres y arco iris, se perdió los colores del cielo, se perdió los besos de la Luna y el brillo plateado de las estrellas. Cabizbaja y triste, se reencontró con el amor de su vida, y pasó de largo porque sólo vio sus zapatos.



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